"Las relaciones de los pueblos viven de equilibrio, de suspicacia, no de amor. Los hombres de Estado dignos de este nombre, no pueden extremar las manifestaciones de confianza sin caer en el ridículo o en el peligro. Los pueblos no se aman. Los pueblos se vigilan y buscan sus orientaciones en sus intereses permanentes, nó en efímeros abrazos"
Gonzalo Bulnes (chileno), GUERRA DEL PACÍFICO,
De Antofagasta a Tarapacá, Valparaíso, 1911. cap. I, pag. 36.